A partir del experimento de los espejos ustorios o espejos conjugados se verifica la existencia de los focos caloríficos de los espejos cóncavos, demostrándose en consecuencia que las leyes de la reflexión del calor son idénticas a las de la luz. DescripciónConsiste en dos espejos cóncavos de bronce, sostenidos cada uno por un pie de madera, que permite ajustar la altura de los mismos. De cada uno de estos sobresale un brazo que en el que se puede adosar una cesta enrejada de alambre de hierro. UsosSe colocan ambos espejos cóncavos separados entre sí por una distancia de 4 o 5 metros, de modo que sus ejes principales coincidan. En el foco de uno de ellos (A) se coloca una fuente de calor constituída por un enrejado de alambre de hierro lleno de carbones hechos ascua (en general esto se realiza mal ya que la fuente de calor no es puntual) ). En el foco del otro espejo (B) se coloca un cuerpo inflamable. Los rayos emitidos por el foco (A) se reflejan en el espejo paralelamente al eje principal incidiendo sobre el segundo espejo y se vuelven a reflejar yendo a concurrir todos al foco (B), viéndose que este cuerpo inflamable se enciende. Por causa de la elevada temperatura que se puede obtener en los focos de los espejos cóncavos, se les ha dado el nombre de espejos ustorios (del latín ustor, ustoris, el que quema). Se cuenta que Arquímedes incendió los barcos romanos delante de Siracusa por medio de aparatos de esta clase. Buffon construyó espejos ustorios cuya potencia probaba la posibilidad del Hecho atribuido a Arquímedes. Recibiendo los rayos solares en un espejo de latón batido de 1 metro de alto y de un radio de curvatura de 2 metros, se obtiene en el foco, calor tan intenso que en unos cuantos minutos se funden metales como el cobre y la plata. Contenidos asociadosCalor, Luz, Optica geométrica, Espejos cóncavos, Espejos ustorios.
Bibliografía
Tratado Elemental de Física Autor: A. Ganot Librería de la Vda de CH. Bouret Paris 1900 Responsable de la Ficha Carlos |